Quién es nuevo en AAU: ¡Conoce a Viktoria Sponiar en Admisiones!

¿Por qué eligió vivir y trabajar en Praga?
Bueno, una de las razones es que mi abuela vive en una pequeña ciudad a las afueras de Praga y su casera knedliky son probablemente lo mejor del mundo. Siempre me da todo tipo de deliciosas comidas checas, así que realmente, ¿cómo iba a dejar pasar esta oportunidad? De niña solía pasar muchos veranos en la República Checa, pero nunca solía ir a Praga. Una vez en la universidad, decidí venir aquí para cursar un semestre en el extranjero y me enamoré de la ciudad y de la persona en la que me convertí viviendo aquí.

¿Por qué AAU?
Siempre me ha atraído el campo de la educación. Después de pasar varios años enseñando inglés a adultos y niños, y de realizar diversos trabajos esporádicos, me di cuenta de que mi pasión es ayudar a los demás a desarrollar su potencial y proseguir su educación. Me encanta estar rodeada de tanto conocimiento y de tanta gente brillante. AAU es un lugar de mente abierta donde la gente puede descubrirse a sí misma y convertirse en las personas que están destinadas a ser y es tan inspirador trabajar aquí.

¿Qué es lo que más le gusta de vivir en Praga?
Me encanta que Praga sea una ciudad en la que todo el mundo puede encontrar su lugar y su gente: es muy fácil encajar aquí y nunca te aburrirás. Además, siempre hay algo que hacer en esta ciudad: ya sea un concierto, una representación teatral o simplemente un festival callejero. Si la ciudad te parece demasiado, puedes subirte a un tren y 20 minutos más tarde estar rodeado de naturaleza y de formaciones rocosas a las que escalar.

¿Cuál es su recuerdo favorito?
Hace cuatro inviernos vivía en Nueva Zelanda y mi madre vino de visita por Navidad. Aunque era verano en Nueva Zelanda, decidimos que nuestra misión era encontrar algo de nieve (¡las Navidades sin nieve no son Navidades para un canadiense!). Subimos a una montaña del Parque Nacional de Aoraki Mount Cook, donde se encuentra el pico más alto de Nueva Zelanda. Pasamos un día agotador subiendo la empinada cuesta hasta una pequeña cabaña roja en lo alto de las montañas donde pasaríamos la noche. Y efectivamente, en los últimos doscientos metros, ¡había nieve! Así que pasamos la Nochebuena comiendo judías enlatadas y salchichas, rodeados de nieve y montañas, bebiendo Becherovka. Fue una Navidad para recordar.

Por último, ¿tiene alguna cita que le sirva de referencia?
"En un mundo en el que puedes ser cualquier cosa, sé amable." - Caroline Flack. Aunque trabajo en una universidad donde algunos son aspirantes a diplomáticos, profesores y artistas, creo que es importante recordar que, independientemente de lo que acabemos haciendo con nuestras vidas o de cuánto dinero acabemos ganando, por encima de todo, seguimos siendo todos iguales y lo que nos une es la bondad.